ALEMANIA:



Después de una serie de ultimátums, los alemanes rompieron las relaciones diplomáticas y poco después Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. Esto dio lugar al inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa, cuando el 3 de septiembre de 1939, el Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania. La Drôle de guerre (guerra de broma) continuaría. El 9 de abril de 1940, los alemanes azotaron por el norte contra Dinamarca y Noruega, en parte para garantizar la seguridad de la continuación de suministros de mineral de hierro desde Suecia a través de las aguas costeras noruegas. Las fuerzas británicas y francesas desembarcaron en el Midt-Norge (Centro) y el Nord-Norge (Norte de Noruega), para finalmente ser derrotadas en la Campaña de Noruega. En mayo la Drôle de guerre terminó a pesar de las protestas de muchos de sus consejeros, cuando Hitler dirigió las fuerzas alemanas embistiendo contra Francia y los Países Bajos. La Batalla de Francia fue una abrumadora victoria alemana. Más tarde, ese mismo año, Alemania sometió al Reino Unido a intensos bombardeos durante la Batalla de Inglaterra, y deliberadamente bombardeó zonas civiles de Londres en respuesta a un bombardeo británico a Berlín. Esto pudo haber cumplido dos propósitos, ya sea como un precursor de la Operación León Marino o pudo haber sido un intento de disuadir a la población británica por el apoyo de la continuación de la guerra. A pesar de todo, el Reino Unido se negó a capitular y, finalmente, Alemania aplazó la Operación León Marino indefinidamente para realizar la Operación Barbarroja comenzando la invasión a la Unión Soviética. Barbarroja también fue brevemente aplazado mientras Hitler desvió la atención para salvar a su aliado italiano en el Norte de África y los Balcanes. El Afrika Korps llegó a Libia en febrero de 1941. En lo que fue uno de los muchos avances en la Campaña en África del Norte, los alemanes tomaron nuevamente gran parte de lo que los italianos recientemente habían renunciado. En abril, los alemanes lanzaron entonces la Invasión de Yugoslavia. Esto fue seguido de la Batalla de Grecia y de la Batalla de Creta. Debido al desvío en el Norte de África y en los Balcanes, los alemanes no pudieron lanzar Barbarroja hasta finales de junio. Antes y después del intento alemán de tomar Gran Bretaña, la armada alemana realizó ataques a los convoyes aliados en el Océano Atlántico, necesarios para los británicos, ya que ellos proveían suministros desde Estados Unidos, Canadá y las colonias británicas. Las fuerzas británicas fueron forzadas a extender el área para proteger sus convoyes de los ataques submarinos alemanes (U-Boot), así como poner fin a los ataques en la superficie. Los británicos repelieron con éxito varios intentos de ataques alemanes en la superficie durante la guerra. Entre las dos más famosas batallas con los invasores figura un combate en superficie entre el acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee y un escuadrón de cruceros británicos en 1939, que desató una controversia política cuando el buque alemán trató de refugiarse en el puerto neutral de Montevideo, donde posteriormente se vio obligado a abandonarlo y destruirlo por su tripulación para evitar así su captura. El otro fue en 1941 con el Acorazado Bismarck, el más grande y poderoso buque de guerra que hundió las mayores naves de guerra de Gran Bretaña, como el crucero de guerra Hood. El Bismarck fue perseguido y hundido por las fuerzas navales británicas poco después. Los ataques con submarinos resultaron tener éxito, ocasionando serios daños a la línea de suministros para Gran Bretaña. Con el tiempo, los aliados mejoraron las tácticas de defensa y las nuevas escoltas lograron reducir el número de buques mercantes hundidos. La maquinaria de guerra alemana consiguió mantener el ritmo ante las constantes bajas de U-Boots, debido a sus diseños simples, lo que permitió producir esos submarinos en gran escala y seguir siendo una amenaza para los Aliados durante la guerra. Soldados americanos cruzan la Línea Sigfrido, frontera entre Alemania y Francia. Alemania invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 y, en vísperas de la invasión, el ex diputado de Hitler, Rudolf Hess, trató de negociar las condiciones de paz con el Reino Unido en una reunión privada oficiosa después de un aterrizaje accidentado en Escocia. Esos intentos fracasaron y fue detenido. A finales de 1941, Alemania y sus aliados controlaban casi todos los países de Europa continental y del Báltico, con excepción de los países neutrales Suiza, Suecia, España (debatido si se trata de un aliado del Eje), Portugal (debatido), Liechtenstein, Andorra, Ciudad del Vaticano (posiblemente dependiente del Estado italiano) y Mónaco. En el frente oriental, el ejército alemán estaba a las puertas de Moscú, sufriendo las inclemencias de un duro invierno ruso. Con el tiempo, el ejército alemán se vio obligado a retroceder al no poder tomar Moscú, pero poseían gran parte de los territorios que abarca el Báltico hasta el Mar Negro. La Alemania nazi declaró la guerra a los Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941. Esto permitió a los submarinos alemanes luchar en el Atlántico contra los convoyes estadounidenses que habían venido apoyando el Reino Unido. Antes de eso, Alemania había practicado su propia política de apaciguamiento, tomando drásticas precauciones a fin de evitar la entrada de Estados Unidos en la guerra. La persecución de las minorías y de los «indeseables» continuó en Alemania y los países ocupados. Desde 1941 en adelante, los judíos estaban obligados a llevar un distintivo amarillo en público y la mayoría fueron trasladados a guetos, donde permanecieron aislados del resto de la población. En enero de 1942, en la Conferencia de Wannsee y bajo la supervisión de Reinhard Heydrich, que estaba presidida por el propio Heinrich Himmler, fue diseñado para Europa un plan para la «solución final de la cuestión judía» (Endlösung der Judenfrage). Desde entonces y hasta el final de la guerra, unos seis millones de judíos y muchos otros, incluyendo a los homosexuales, eslavos y presos políticos, fueron sistemáticamente asesinados por órdenes de Himmler. Además, más de diez millones de personas se convirtieron en mano de obra forzada. Este genocidio es llamado internacionalmente «el Holocausto» y la Shoah en hebreo. Miles de personas fueron enviadas a campos de exterminio a diario (Vernichtungslager, a veces llamadas «fábricas de muerte») y los campos de concentración (Konzentrationslager, KZ), algunos de los cuales fueron centros de detención, pero más tarde convertidos en campos de la muerte con el fin de eliminar a sus reclusos. Campo de exterminio de Nordhausen. Paralelamente al Holocausto, el nazismo llevó a cabo un implacable programa de conquista y explotación en los territorios soviético y polaco capturados, y sus poblaciones fueron reprimidas, como parte de su Generalplan Ost. Según las estimaciones, 20 millones de civiles soviéticos, tres millones de polacos no judíos y casi once millones de soldados del Ejército Rojo murieron durante la llamada Gran Guerra Patria. El plan nazi era adquirir su Lebensraum ('espacio vital') del este practicando una guerra de exterminio en Europa oriental y la Unión Soviética. Además, los nazis aseguraban que un objetivo de esta guerra era «defender la civilización occidental contra el bolchevismo de subhumanos». Debido a las atrocidades del estalinismo, los mensajes nazis tuvieron efecto en partes de la Unión Soviética. Muchos ucranianos, bálticos y soviéticos desilusionados combatieron, o por lo menos se ofrecieron a luchar, junto con los alemanes, y europeos de otras nacionalidades se alistaron en las divisiones de las Waffen-SS. A medida que la economía se recuperaba de la guerra soviética, a pesar de la pérdida de territorio industrial por los ocupantes alemanes, el Ejército Rojo hizo un gran frente contra el ejército alemán. En 1943 los soviéticos habían derrotado a los alemanes en Stalingrado y comenzaron a empujar hacia el oeste y ganar la batalla de tanques en Orel-Kursk en julio. Desde 1942, los Aliados occidentales habían intensificado los bombardeos sobre el territorio ocupado por los alemanes. Entre las tácticas aliadas que han sido muy controvertidas se encuentran los bombardeos a ciudades alemanas, que dieron como resultado la completa destrucción de las ciudades de Colonia y Dresde y muchas más. Estos bombardeos fueron la causa de numerosas víctimas entre la población civil, así como de graves dificultades para los supervivientes debido a la destrucción de la infraestructura. La invasión de Italia y el consiguiente colapso del régimen fascista causaron el debilitamiento de las fuerzas alemanas, que se vieron obligadas a dividirse para combatir en dos frentes. El ejército alemán tuvo que replegarse de nuevo hacia las fronteras de Polonia en febrero de 1944, tras el gran éxito de la Operación Bagratión. Los Aliados abrieron un frente en junio de 1944 en Normandía, al tiempo que los soviéticos se convertían en una auténtica marea en el Frente Oriental. Con una media de tres campañas por frente, el constante bombardeo aliado y el agotamiento del petróleo y de las líneas de suministro permitieron que el territorio alemán fuese poco a poco ocupado. A medida que se acercaba el Ejército Rojo, los civiles alemanes comenzaron a huir en masa de Silesia y Prusia Oriental y Occidental hacia el oeste por temor a la persecución. Aunque se cometieron crímenes por los Aliados occidentales, muchos alemanes creían que iban a estar más seguros bajo la ocupación de éstos que bajo la soviética. Los testimonios reales y la propaganda sobre las atrocidades soviéticas contra la población civil habían aterrorizado a los alemanes. Millones de soldados alemanes murieron en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial; las estimaciones más altas hablan de 5,5 millones. Los cadáveres de los soldados alemanes se hicieron tan comunes que dejaron de generar emoción alguna y se convirtieron en una parte habitual y macabra del paisaje europeo de aquella época, y a menudo se les dio un entierro inadecuado o directamente no se hizo entierro alguno. Era posible ver cerdos hambrientos devorando los restos de los soldados alemanes, como por ejemplo cerca del Mosa en 1944, donde los hombres de la 82ª División Aerotransportada fueron impotentes para detener el festín de una manada de cerdos con los soldados alemanes caídos. A principios de 1945, las fuerzas soviéticas rodeaban Berlín y los estadounidenses y británicos habían tomado la mayor parte de la Alemania occidental. Las tropas soviéticas en movimiento hacia el oeste se reunieron con las tropas aliadas que se desplazaban hacia el este en Torgau, a orillas del río Elba, el 26 de abril de 1945 (Cohen). Con Berlín sitiado, Hitler y los otros miembros clave del régimen nazi se vieron obligados a vivir en la clandestinidad, refugiados en el Führerbunker, mientras que la superficie de Berlín fue constantemente bombardeada por el Ejército Rojo. Encerrado en su búnker subterráneo, Hitler se encontró cada vez más aislado y separado de la realidad, mostrando signos de trastorno mental cada vez más frecuentes, como accesos de ira e infantiles rabietas cuando se le informaba de la difícil situación que afrontaba el resto del Berlín alemán y las fuerzas armadas que allí se encontraban. En un ataque de irá durante una reunión con los comandantes militares se dice que Hitler comenzó a considerar la posibilidad de suicidarse, pues tuvo que reconocer que Alemania ya no podía ganar la guerra. Berlín fue finalmente rodeado y cortadas las comunicaciones entre la capital y el resto de Alemania. A pesar de la evidente derrota total, Hitler se negó a renunciar a su poder o a entregarse. Sin comunicaciones procedentes de Berlín, Hermann Göring envió un ultimátum a la capital pidiendo asumir el régimen nazi en abril, pues consideraba que Hitler había quedado incapacitad como líder. Al recibir el mensaje, Hitler ordenó airadamente la detención inmediata de Göring e hizo que un avión entregase el mensaje a Göring en Baviera. Más tarde, el Reichsführer-SS Heinrich Himmler, comenzó en el norte de Alemania a comunicarse con los Aliados occidentales en busca de una paz negociada. Hitler, una vez más, reaccionó violentamente a estos intentos y ordenó la detención y ejecución de Himmler. Dada la nula intención de rendirse por parte de Hitler, los intensos combates callejeros continuaron en las desgarradas ruinas de Berlín; los restos del ejército alemán, las juventudes hitlerianas y las Waffen-SS se batían con el Ejército Rojo. Esta batalla se conoce como la Batalla de Berlín. Las fuerzas alemanas sufrieron graves pérdidas, llegándose a reclutar a un gran número de niños y ancianos para defender las bolsas de territorio berlinés todavía no controladas por el Ejército Rojo. El 30 de abril de 1945, asolada la ciudad por la cruel batalla, Hitler se suicidó en su búnker subterráneo. Dos días después, el 2 de mayo, el general alemán Helmuth Weidling se rindió incondicionalmente al general soviético Vasili Chuikov. Hitler fue sucedido por el Gran Almirante Karl Dönitz como Presidente del Reich, mientras que Joseph Goebbels fue nombrado Canciller del Reich, suicidándose tan sólo un día más tarde. Sin embargo, nadie asumió el cargo de Führer. El gobierno de Dönitz, establecido cerca de la frontera danesa, solicitó sin éxito una paz con los Aliados occidentales. Entre el 4 y el 8 de mayo de 1945, el resto de las fuerzas armadas alemanas se rindieron incondicionalmente en toda Europa (Alemania Instrumento de Entrega, 1945). Finalmente el Mariscal Wilhelm Keitel capituló oficialmente ante el Mariscal ruso Georgi Zhúkov el 9 de mayo de 1945. Era el fin de la Alemania Nazi.





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